Mirando al mundo laboral con perspectiva de mujer y madre.
Los políticos, líderes sociales y entidades abajo firmantes, declaramos que:
–La maternidad está hoy discriminada en occidente. El hecho de ser madres –o tener intención de serlo- hace que muchas mujeres sean hoy postergadas en el mundo laboral.
-La incorporación masiva de la mujer al mundo laboral se ha hecho ignorando su feminidad, dando la espalda a las etapas profesionales que la maternidad va dibujando en su vida y negando el valor humano y social de la dedicación a la familia.
– Para recuperar la plena identidad de la mujer también en el trabajo, es necesario un cambio en la cultura social y el modelo productivo en el que la racionalidad económica no esté separada de la persona y se reconozca a la familia como base y fundamento de la sociedad.
Para ello resulta imprescindible:
1.- UNA VERDADERA Y POSITIVA CONCILIACIÓN, que permita a las mujeres, y a los hombres, atender y educar a sus hijos. Esta conciliación positiva pasa por flexibilizar horarios, preservar las reducciones de jornada, potenciar el teletrabajo y el trabajo por objetivos mediante incentivos fiscales en las cotizaciones a la seguridad social a las empresas que los desarrollen.
2.- EL RECONOCIMIENTO LEGAL, SOCIAL Y CULTURAL DE LA DEDICACIÓN EXCLUSIVA A LA FAMILIA que supone una inmensa fuente de riqueza y bienestar social, incluso cuantificable económicamente a través del PIB. No reconocerlo institucionalmente conlleva discriminación social. Por ello:
· La dedicación exclusiva a la familia debe ser reconocida como categoría laboral con acceso a la seguridad social, bajas médicas y jubilación.
· Se debe potenciar la reincorporación de las mujeres que, debido a su dedicación a la familia, han estado fuera del mercado laboral. Esto ha de hacerse de manera subsidiaria por parte del estado mediante ventajas e incentivos fiscales y en las cotizaciones a la Seguridad Social. Debe prestarse mayor atención a los casos de las mujeres que se encuentran en situación de especial vulnerabilidad como son las madres solteras, viudas o separadas.
3.- LA DENUNCIA Y PERSECUCIÓN ACTIVA DE CUALQUIER GESTO DISCRIMINATORIO PROBADO HACIA LA MUJER Y LA MATERNIDAD. Lo cual incluye la discriminación hacia las mujeres trabajadoras que tienen hijos o quieren tenerlos, las que se dedican en exclusiva al cuidado y atención de sus familias y las que son víctimas de brecha salarial o de acceso a determinados puestos de trabajo.
4.- LA ELIMINACIÓN DE LAS POLÍTICAS SOCIALES BASADAS EN CRITERIO IDEOLÓGICOS ASÍ COMO DE LOS PROGRAMAS EDUCATIVOS QUE NO RESPETEN LA IDENTIDAD FEMENINA Y LA MATERNIDAD. En concreto, la perspectiva de género impuesta en los ámbitos educativo, empresarial y de medios de comunicación no refleja la realidad, sino que la manipula, conllevando la exclusión del amplio colectivo.